Pero cómo nos afecta una almohada cuando dormimos. En primer lugar si decidimos prescindir de ella, nuestro cuello estará tenso, además de que puedas sufrir de contracturas. Estas últimas también puedes sufrirlas si duermes boca arriba con una almohada muy gruesa.
Por ello, debes siempre tener claridad de qué tipo de almohada usas. Ya sea gruesa o delgada lo importante es que te permita una postura del cuello con las vértebras lo más parecida a cuando estas de pie.
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