Recordemos que el pollo es proteína y por lo mismo, éstas son de lenta digestión por nuestro organismo, así que nuestro estómago estará pesado intentando digerir una rica pechuga asada que comimos tiempo antes de acostarnos. Por ello, por mucho que la carne blanca parezca que fuera más liviana que las carnes rojas, no nos dejemos engañar, ya que el pollo causa similar efecto.
Ya está más que repetido, pero nunca está de más recordar, que una cena liviana no será un obstáculo para cerrar nuestros ojos hasta que amanezca.
Foto/CC Maria Martinez mmb2412
0 comentarios:
Publicar un comentario